El flato es uno de los fenómenos más temidos que pueden ocurrir en el momento en el que empezamos a practicar deporte y lo peor de todo es que no se sabe exactamente porqué aparece.
Algunos expertos lo asocian a pasar de una vida sedentaria a un entrenamiento muy intenso. Por ejemplo, si tu único deporte era visitar https://codigo-de-bono.es y realizar algunas apuestas online a de repente ponerte en forma sin ningún tipo de entrenamiento escalado, lo más probable es que puedas padecer flato.
Sin embargo, son muchos los deportistas que ya llevan meses entrenando, incluso años, los que se tienen que enfrentar al flato.
¿Por qué se produce el flato?
Una de las teorías más acertadas de la presencia del flato se relaciona directamente con la respiración. Si la técnica que seguimos para la respiración no es la acertada, si es entrecortada, el cuerpo tendría una carencia de oxígeno, veríamos cómo el diafragma se restringe y esto provocaría dolor, dando origen al temido flato.
Otra de las teorías que se manejan para explicarlo es el roce que existe entre el estómago y el peritoneo (membrana que recubre las zonas internas que componen la pared abdominal).
¿Cómo podemos prevenir el flato?
Aunque no tengamos muy claro cuál es el origen, si que existen algunas pautas que resultan muy prácticas para prevenirlo:
Alimentación saludable: Seguir unos hábitos de alimentación saludable pueden evitar problemas de acidez y de inflamación intestinal que podrían provocar la aparición del flato.
Evita balanceos bruscos: Los balanceos bruscos del torso también podrían producirlo. Es conveniente correr en un terreno con desnivel y siempre prestando atención a la técnica de la carretera. Evita los saltos o cualquier otro movimiento inadecuado.
Respiración uniforme: Sigue una buena técnica respiratoria en base al ritmo que llevas al correr para evitar quedarte sin oxígeno.
Digestión: No te pongas a hacer ejercicio mientras estés haciendo la digestión. El estómago estará más pesado y se incrementarán las posibilidades que aparezca el flato.
Agua: Si necesitas beber durante el entrenamiento, la mejor opción es hacerlo en breves sorbos, o bajar el ritmo cuando vayas a beber agua. Aunque parezca mentira, también tendrás que entrenar la forma de beber mientras estás en marcha. Lleva contigo una pequeña botella y ves practicando poco a poco, de manera progresiva.
Con estos tips podrás ganarle la batalla al flato.